martes, 22 de mayo de 2012

Las formas no son el fondo


Hace poco ya escribí acerca de los tremendos recortes que el Gobierno está realizando en educación, innovación y desarrollo; el artículo se llamaba “Sacrificando el Futuro”. Sacrificar, en su sentido más primitivo es lo que hacían las antiguas culturas: ofrecer algo preciado a sus dioses. En la mitología helénica se sacrificaban bellas damas para complacer a sus dioses o a criaturas demoníacas que enfurecían en caso de no hacerlo. Los egipcios, una civilización con un fuerte asentamiento político y social, sacrificaban a los sirvientes del faraón cuando este moría, se les brindaba el honor de acompañarlos a la otra vida. Mariano Rajoy en un último intento por complacer a la diosa germánica Merkel, sacrifica sanidad, educación y desarrollo.
Rectorado de la Universidad de Sevilla

Esto es lo que nos cuentan, la coyuntura actual nos obliga a apretarnos el cinturón y a hacer esfuerzos que en otros casos serían incomprensibles. Muchos acatamos silenciosos  con el pensamiento de “qué se le va a hacer”, pero otros más conscientes de todo lo que esto significa, nos levantamos y gritamos pidiendo que todo de marcha atrás.

Al igual que el Partido Popular cree firmemente en la ley de plazos para aplicarla al aborto, en materia educativa y de sanidad cree en la privatización.

Pasan inadvertidos en su fin, pero la verdad es que ya están justificando los medios. Poco a poco se van implantando medidas que tienden a una privatización total de la sanidad y de la educación. Cada vez la distancia entre la calidad de lo público y lo privado es mayor, las medidas que en estos últimos meses han ido dirigidas hacia ellas las distancian más entre su faceta pública y privada.                                                                              
José Ignacio Wert, ministro de Educación
A muchas personas no les parece tan injusto que se pague por la sanidad y la educación, “todo no lo puede pagar el estado”, pero resulta que el estado no paga nada. España no es un trabajador que posee un sueldo y cotiza, sino que su dinero proviene de todos y cada uno de los ciudadanos de este país.

Todo conduce siempre a una misma pregunta: ¿por qué? A falta de una respuesta más cualificada que la mía y basándome en mis propias conclusiones, diría que la base de todo este modelo que quiere imponernos el Partido Popular reside en la naturaleza de sus dirigentes y en su matriz ideológica. Ellos creen que quienes tienen dinero y pueden costeársela deben pagar por su educación y por su sanidad, y al ser así no  sería justo que los que pagan por una educación y una sanidad privada, tuvieran la misma calidad que uno al que le salga gratis ambas cosas ¿solución? Reducir la calidad de la sanidad y la educación pública, creando élites y derechos según la renta. A su vez, satisfecho su deseo de una heterogénea calidad, intentemos recortar gastos de la educación y de la sanidad pública, así no tendremos que pagar todos por cosas que solo algunos usan. Es de esta manera como se llega a situaciones como el copago o el pago por el transporte en ambulancia no urgente.

Manifestantes en el aniversario del 15M
Razones hay de sobra como para indignarse y quien no lo haga es por ignorancia, terquedad o egoísmo. No podemos quejarnos de que España está a la cola en educación y avergonzarnos de que Andalucía esté a la cabeza del fracaso escolar, si ahora nos mostramos indiferentes ante un sustancial retroceso en el sistema público. Hoy 22 de Mayo y todos estos días en los que la Universidad de Sevilla parará, no solo son para que no se suban las tasas, no se denieguen más matrículas, no se vayan al paro muchos profesores y no se les obligue a los extracomunitarios a pagar casi el total de sus matrículas y residencias. Sino es por compañerismo, por no ver cómo los que han sido nuestros compañeros se van marchando uno a uno por no poder pagarse una matrícula que excede de sus posibilidades, por ver como a una persona que le pone más empeño que nadie se le deniegue una beca porque suspenda dos asignaturas al final de un curso, por no estar allí cuando le den el finiquito a un profesor que se ha matado a estudiar unas oposiciones para poder ser docente en la pública, y por no sentirte culpable cuando a tu compañero de una nacionalidad extracomunitaria le hagan pagar casi la totalidad de sus asignaturas y residencia por venir a España a formarse, a aprender. Pero sobre todo por un futuro en el que no tengamos que pedir disculpas avergonzándonos diciendo a nuestros hermanos o nuestros hijos que no luchamos por que ellos también pudiesen estudiar en una universidad pública. 

Hoy empieza una lucha por un derecho que nos imponen como un lujo: estudiar y formarnos. Porque una mente culta piensa más que mil ignorantes y porque nosotros, los jóvenes universitarios no somos ignorantes, debemos echarnos a la calle y luchar con las armas legítimas de la democracia para que nos escuchen los de arriba y retrocedan, que nos escuchen y comprendan que acabar con la educación y la sanidad pública, es la forma más rastrera e indignante de prostituirse a manos de los mercados y el cinismo. 

                                                                                                          Horacio Picón Masero. @horaxitoel

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