-La pasada semana terminaron las labores de perforación tras dos décadas
-Casi 4.000 metros separan a la superficie antártica del lago
-Los investigadores rusos vuelven a casa obligados por las duras condiciones climáticas
del invierno antártico
Tras dos décadas de perforación, hace unos días, investigadores rusos de la base científica en la Antártida, consiguieron dar con el fruto de su prolongado trabajo: el lago Vostok.
A 3.769 metros de profundidad, el lago Vostok es el lago más profundo jamás conocido. La grandeza de este lago para la ciencia reside en la antigüedad del mismo; 20 millones de años.
Son muchas las especulaciones que se han dado acerca del porqué a casi 4 kilómetros de profundidad glacial, a una temperatura media en la superficie de 90ºC -recordemos que la temperatura de congelación del agua es de 0ºC-, se haya tal cantidad de agua en estado líquido. La mayoría de los científicos coinciden en que se trata de que bajo el lago existe una capa magmática que calienta el agua; como si de una hoguera que derrite el hielo puesto en una hoya se tratase. Pero otros han llegado a apuntar a que esta masa de agua fue formada hace millones de años tras la colisión de un objeto metálico que emana calor y se haya en las profundidades del lago desde entonces. Esta última explicación, intenta responder a dos interrogantes científicos; el primero acerca del porqué del lago, y el segundo en referencia a los indicios que apuntan, de que en el mismo lugar en el que se encuentra el Vostok hay una inusual actividad magnética que sobrepasa mil veces la actividad normal.
Otra de las perspectivas que hacen interesante a este hallazgo, son las condiciones tan extremas que recuerdan a las de Europa, una de las lunas de Júpiter, en la que se supone se alberga agua congelada a pocos metros de la superficie.
Desgraciadamente, para poder disfrutar de la próxima entrega de este capítulo de ciencia en el lago Vostok, tendremos que esperar hasta el verano que viene, cuando las condiciones de la Antártida sean más favorables climáticamente. Tras finalizar la perforación, el equipo de investigadores regresó a Rusia, no habiendo olvidado previamente cerrar mediante un tapón de 3 metros de longitud el orificio, para así conseguir su perfecta conservación hasta que sean reanudadas las investigaciones.
Horacio Picón Masero
(Artículo publicado originalmente para el blog sobre tecnología y ciencia e-Savants)
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