martes, 29 de noviembre de 2011

El Senado, apéndice de nuestra democracia

La mayoría de las personas no saben exáctamente para qué sirve el Senado. Los votos reflejan que no son más que "escaños espejo" del congreso. En la mayoría de países que gozan de un sistema bicameral, el senado es un órgano de control democrático, un filtro legislativo para lograr una mayor perfección del sistema.
En España, el Senado junto al Congreso de los Diputados conforman las Cortes Generales (art.66 de la Constitución Española) y se habla en ésta de ambos organismos como de igual potestad y relevancia, pero en la realidad es todo lo contrario.
En esencia, la estructura del Senado es la correcta. En la Constitución (art. 69.1) aparece nombrado como "Cámara de representación territorial", y es este el concepto que hace interesante la figura de un órgano como el Senado, pero en la práctica esta institución ha perdido toda razón de ser fundamentalmente por dos carencias: sus componentes y sus poderes.

-En primer lugar, nos encontramos con cómo el Senado ha pasado de ser una institución con componentes de primera fila en materia política, a ser un verdadero museo de personalidades que fueron, pero que hoy en día ya no son. Hablo del Sr. Fraga Iribarne o del Sr. Juan José Lucas, así como de muchos otros antiguos presidentes de comunidades autónomas o diputaciones provinciales. Es de esta manera como se convierte a esta institución en algo parecido a un balneario de retiro político, a una prestigiosa forma de poner punto y final a sus carreras sin mojarse lo más mínimo y sin rasgarse las vestiduras.

-En segundo lugar, el poder del Senado se reduce a lo siguiente: Una ley es aprobada por el Congreso de los Diputados, llega al Senado y aquí también es aceptada, seguidamente se aprueba de forma definitiva. Otra opción es que sea rechazada (modificándose en algunas ocasiones), ésta vuelve al Congreso volviendo a ser sometida a votación, en caso de ser aprobada pasará a ser publicada en el BOE definitivamente sin ya tener que volver a pasar de nuevo por el Senado.


La utilidad del Senado no es del todo nula, pero ¿No podría ser aún mayor?
El presupuesto del Senado para este 2011 ha sido de 55.143.210 euros, algo histórico debido a que este año se ha recortado un 6.7%  en gastos para esta institución.

¿Cuál es el futuro del Senado? Echando un vistazo a los programas electorales de los principales partidos para el pasado 20N, es facil darse cuenta de la concienciación por parte de la clase política de que algo está mal, el problema es cómo solucionarlo: en el programa del PSOE se cita una única vez la necesidad de la reforma del senado: "La reforma del Senado sigue siendo un objetivo al que los socialistas no renunciamos,como tampoco renunciamos al resto de reformas constitucionales propuestas en anteriores programas electorales" .
Por parte de UPyD la idea de una reforma del senado es más evidente, se apuesta por "una verdadera cámara de representación territorial y en ella las diversas comunidades y ciudades autónomas puedan defender sus intereses".  
IU en su programa va aún más allá respecto a la reforma del Senado y dice textualmente "Reforma radical del Senado para convertirlo en Cámara de las Federaciones, dentro de un Estado Federal y dotarlo de competencias exclusivas en los temas de política autonómica, como cuerpo colegislador y órgano de control del Gobierno. Esta reforma debe ir acompañada de una modificación total del sistema electoral establecido para la elección de los miembros del Senado". 
Por último he dejado el programa electoral del PP, ya que sus propuestas son las que -en teoría- se llevarán a cabo. El Partido Popular no hace más que una mención al Senado en su programa: "Revitalizaremos el Parlamento agilizando los procedimientos de debate y la actividad de los diputados y senadores", es decir, la evidente necesidad de reforma de competencias del senado se va a hacer esperar.

En el pasado y en el presente la democracia ha sido el más justo de los sistemas, pero nada es completamente justo y perfecto si no evoluciona. Por esta razón elementos de nuestra democracia como es el Senado deben reinventarse, pasando de ser metafóricamente el apéndice de nuestro sistema, a ser uno de los hemisferios de nuestro cerebro democrático.
                                                                                                                    
                                                                                                                              @horaxitoel

lunes, 21 de noviembre de 2011

Pero bendita crisis

Ayer tocó elegir, hoy toca analizar. El PP ganó ayer por mayoría absoluta , lo cual era una realidad desde hace ya muchos meses. El PSOE -muy consciente de lo que se avecinaba- ya hacía planes para la oposición en la próxima legislatura, las últimas arengas políticas de Rubalcaba parecían ser más lanzadas desde la crítica post-electoral que desde la defensiva de un partido gobernante ¿Para qué defender si ya está todo perdido?

La "debacle" ha sido monumental, resultados de tal extremismo no se daban desde las elecciones nacionales de 1986. Digo "debacle" -entre comillas- debido a que estos resultados son en parte buenos y en parte malos para una democracia. Está claro que este 20N no solo ha sido un fiel reflejo de la situación económica del país, sino que también es espejo de los movimientos sociales que se han estado produciendo en estos últimos meses, englobados todos -a mi entender mal y pronto- en el 15M. El movimiento no quería ser representado, pero sus gritos silenciosos han llegado hasta las urnas, y quién más, quién menos ha recibido una brutal carga informativa sobre sus consignas y "razones de ser".

Decía que esta "debacle" lo podemos atacar desde dos puntos de vista: uno malo y otro bueno. Uno tan brutalmente negativo como la mayoría absoluta, en el que el partido gobernante, entre pactos y otros sistemas cuestionablemente democráticos, puede ejercer una auténtica dictadura en lo que a las leyes menos protegidas se refiere, legislando a golpe ideológico a voluntad de lo que poco más de media España votó.

Por otra parte, esta "debacle" ratifica que algo está pasando en España. La gente ha votado a algo más que a los dos monopolios ideológicos de nuestra corta pero intensa democracia, el "tsunami bipartidista" al que se refería Gaspar Llamazares en sus últimas elecciones al frente de IU, parece haber decrecido y da esperanzas en cuanto a lo que nos espera en los próximos años en el panorama político.

Quizás por la situación actual quedan muy pocos apolíticos. Antiguos ateos ideológicos en momentos de bonanza, ahora pasan a ser firmes protestantes en materia económica o social. Si gracias a esta crisis este país abre los ojos, escucha y piensa -lo siento-, pero bendita crisis.

                                                                                                                            
                                                                                                                                                         @horaxitoel